miércoles, 8 de abril de 2009

OBTENCIÓN DE CÉLULAS MADRE

Obtienen celulas madres sin necesidad de desechar el embrión.



Fuente: Público
Foto: Público



La principal objeción ética a la investigación con células madre de origen embrionario, causada por la necesidad de destruir el embrión para obtener las células, empieza a carecer de sentido. Un equipo de científicos del Centro de Investigación Príncipe Felipe de Valencia ha conseguido, por primera vez en Europa, derivar una línea celular embrionaria a través de una novedosa técnica que permite garantizar la viabilidad del embrión del que se obtienen las células, que podrá seguir su desarrollo normalmente.


Una vez cultivadas estas células embrionarias y diferenciadas en distintos tejidos, los investigadores han conseguido la creación de células perfectamente compatibles con el embrión de origen, lo que abre numerosas posibilidades de cara al futuro en el terreno de la medicina regenerativa.


El primer paso para la obtención de células madre embrionarias a través de esta vía es tomar una blastómera, una de las células que componen el embrión en la fase de blastómero, una de las más iniciales de su desarrollo. Después, mientras que el embrión sigue su desarrollo con normalidad, los investigadores estimularon a la blastómera para que diera lugar a células madre embrionarias sin llegar a convertirse en otro embrión, ya que estas células mantienen la totipotencia, es decir, la capacidad de dar lugar a cualquier tipo de célula.


Para conseguir que la blastómera diera lugar a células madre, los científicos la colocaron sobre una monocapa de fibroblastos, un tipo de célula obtenida en este caso del prepucio humano, para estimular la derivación de células madre. Según explica Carlos Simón, encargado del proyecto, "Lo bueno de esta investigación es que ahora conocemos algo que no sabíamos, y es que estas células tienen un programa para evolucionar hacia colonias de células madre embrionarias sin pasar por la fase de embrión".


En este sentido, Marcelo Palacios, presidente de la Sociedad Internacional de Bioética y miembro del Comité de Bioética de España, consideró que el "gran mérito" del trabajo de Simón consiste precisamente en haber derivado directamente células madre a partir de la blastómera, ya que si hubiera dejado desarrollarse esa célula y las hubiera extraído después del blastocisto "entonces estaríamos donde estábamos y no se habría solucionado ningún problema porque para obtenerlas habría que haber destruido el embrión obtenido de nuevas".


Una vez conseguido el cultivo de células embrionarias, pluripotentes y capaces por tanto de dar lugar a cualquier tipo de célula, el equipo de Simón derivó del mismo, en modelos in vitro e in vivo (en ratones) células ya diferenciadas del mesodermo y el ectodermo, como neuronas.


En general, el proceso es similar al ya desarrollado por el investigador estadounidense Robert Lanza en enero de 2008, aunque con dos importantes mejoras: en primer lugar, que la monocapa celular sobre la que se derivan las células madre, denominada en el argot científico feeder, está hecha con células humanas, mientras que en el caso de Lanza eran de ratón. Además, el científico estadounidense tuvo que poner la blastómera junto a células madre para estimularla, lo que no ha sido necesario en el caso del experimento valenciano. Todos los procedimientos están registrados y los investigadores, a través de la Consellería de Sanitat de la Comunidad Valenciana ya han solicitado al Banco Nacional de Líneas Celulares del Ministerio de Ciencia, cuyo nodo valenciano dirige el propio Simón, el depósito de la nueva línea celular.


Por otro lado, en relación con la viabilidad del embrión del que se obtiene la blastómera, Simón señala que no tendría ningún problema clínico por haber carecido de una célula en una fase tan temprana de desarrollo, como "está certificado por la existencia de miles de nacidos vivos tras el diagnóstico genético preimplantacional". "Problema clínico no habría, aunque otra cosa es que esto se autorizara como ensayo clínico, un punto al que no hemos llegado", indica el científico.


Sin embargo, para José López Barneo, director del Instituto de Biomedicina de Sevilla, no está demostrado que dejar nacer a un embrión al que se ha quitado una blastómera no comporte cierto peligro. López Barneo, que felicitó a Simón por el valor "tecnológico" de su logro, cree que todavía no tiene utilidad terapéutica. "Ni siquiera tenemos todavía ninguna demostración de que las células madre embrionarias sean capaces de curar alguna enfermedad", añade.

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