Fuente: http://ecodiario.eleconomista.es/ciencia
Foto: http://www.neurorehabilitacion.com.ar
En algunas películas vemos cómo a un individuo lo secuestran y lo conectan a una máquina para extraer de sus cerebro las imágenes que han quedado retenidas en su memoria. Un estudio que publica Nature nos acerca un poco más a esa ficción.
Cláramente no es que vayamos a poder imprimir esas imágenes desde nuestra mente, pero si conocer dónde y por qué retenemos esta información. El caso es que me ha resultado muy curiosa esta noticia.
Un grupo de investigadores liderado por Stephanie Harrison, de la Universidad de Vanderbilt en Canadá, ha usado un escáner de resonancia magnética funcional para predecir, con un 80% de éxito, qué imágenes quedan "retenidas" en ciertas partes del cerebro antes de que desaparezcan. El hallazgo lo publica Nature en su última edición.
"Sabíamos que las áreas visuales primarias del córtex cerebral son las primeras en recibir esta información visual", ha comentado Frank Tong, co-autor del estudio, en referencia a la parte de la corteza cerebral, situada en la nuca, que es la que recibe la información transmitida por el nervio óptico (en definitiva, la primera estación de traducción del cerebro desde que llega la señal eléctrica a través de los nervios ópticos).
Sin embargo, en estas zonas no se memoriza la información. Antes del estudio se conocía que las áreas de la corteza relacionadas con la memoria no tenían esta exquisita sensibilidad visual de estas regiones primarias. Pero entonces se presentaba un problema. ¿Como es que muchas personas recuerdan lo que han visto con una precisión muy notable, incluso durante muchos segundos, si piensan y se concentran en ello? En definitiva, la pregunta era ¿donde se almacena esa información?
El equipo de Tong logró descifrar el misterio gracias al escáner. En estas áreas visuales primarias existe una especie de "eco" de la imagen, aunque el estímulo visual que la produjo haya desaparecido. En otras palabras, hay una especie de retardo visual cuando fijamos nuestra atención en un objeto, de manera que la imagen de ese objeto sigue estando presente durante algún tiempo en estas áreas visuales de la corteza cerebral.
"Lo que se pensaba es que el cortex visual estaba siempre condicionado por el estímulo que recibía, y no estaba implicado en procesos cognitivos como la memoria o el mantenimiento de la información", aseguró por su parte Stephanie Harrison, del departamento de Psicología de la Universidad, y autora principal del estudio.
Esa especie de "memoria flash", que se desvanece con rapidez, resulta muy útil en la vida diaria, cuando hay que realizar una tarea compleja; y lo más fascinante de todo, puede ser descodificada con una técnica. "Ahora podemos leer lo que la gente estaba manteniendo en su memoria visual", asegura Harrison.
Claro que el experimento no consistió en saber, por ejemplo, si un rostro nos resultaba familiar o sospechoso, o una obra de Van Gogh. A los sujetos del experimento se les mostró imágenes de patrones de barras orientadas en distintas direcciones, y se les pidió que eligieran una imagen de entre dos opciones para que la recordaran mientras estaban siendo escaneados.
El análisis de las respuestas permitó a los investigadores "averiguar cual de los dos patrones de orientación era el que el sujeto estaba manteniendo en su mente con una certeza del ochenta por ciento", de acuerdo con Harrison.
Es el comienzo. Pero si las áreas visuales primarias contiene cierta "memoria", podría ocurrir con otras regiones de la corteza cerebral. La lectura de estos "ecos"podría proporcionar a los expertos una valiosa información sobre la información oculta que el cerebro es capaz de retener.
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