Fuente: EcoDiario
Foto: www.um.es (servicio de publicaciones)
Un grupo de científicos han decidido intentar dotar de la capacidad de hablar a un ratón en el laboratorio, para ello, han creado un animal transgénico que incorpora un gen humano implicado en el habla.
El experimento existe (aunque suene a broma, incluso se puede descargar desde la página web de la revista), y ha sido publicado en la última edición de la prestigiosa revista Cell. Otra cosa son los resultados. Los ratones no hablan, desde luego, aunque las crías se comunican con sus madres de una forma ligeramente distinta. Y un apunte sorprendente: sus circuitos cerebrales han cambiado por culpa del nuevo gen humano. "En la última década hemos aprendido que los ratones son muy parecidos a los humanos", ha comentado Wolfgang Enard, del Instituto Max-Planck de Antropología Evolutiva, y autor del trabajo. "Los genes son esencialmente los mismos, y funcionan de una manera parecida".
Claro que la idea de introducir un gen del habla humana en un animal no parece estimulante desde el punto de vista médico, pero sí desde la perspectiva evolutiva. Según Enard, el estudio con estos ratones nos permite adentrarnos un poco más en nuestro pasado evolutivo. De lo que sabemos del habla humana, hay una parte genética representada por el gen FOXP2. Los chimpancés también lo tienen, con la diferencia de que en ese gen hay un cambio de escritura, que conlleva que la proteína que produce tenga dos aminoácidos diferentes en la cadena. Este cambio o mutación parece fijado en los humanos. Y aunque la genética del habla está todavía en pañales, "los cambios en el gen FOXP2 han ocurrido a lo largo del curso de la evolución humana y podrían explicar porqué hablamos", de acuerdo con este experto.
Si el gen se introduce en un animal no parlante, como el ratón de laboratorio, ¿que sucede? Resulta que el gen FOXP2 sí existe naturalmente en los ratones, pero sin esa mutación observada en los humanos. Así que el experimento consistió en manipular genéticamente a los animales para que su camada naciera ya con esas mutaciones "humanas". Y las crías de ratón no se pusieron a hablar nada más nacer, desde luego. Pero al comunicarse con sus madres, los sonidos que emitían en el rango ultrasónico eran ligeramente distintos que los de las crías normales. Además, los circuitos cerebrales se ajustaron de una manera que recuerda a cómo están escritos en los humanos, según las conclusiones de los expertos.
No se sabe muy bien qué papel juega el gen FOXP2 en el habla, aunque las personas que tienen deficiencias en ese gen tienen problemas para coordinar los movimientos faciales, la respiración, el paso del aire por la laringe y las cuerdas vocales y la pronunciación necesaria para la articulación de las palabras. Según Enard, los estudios con ratones transgénicos permitirán averiguar mucho mejor cual es la función de la genética en una de las cualidades más humanas.
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