Fuente: EuropaPress Elmundo.es
Foto: www.birdsisaw.com
El trabajo, que se publica en la edición digital de la revista 'Proceedings of the National Academy of Sciences' (PNAS), estudia la interrelación entre factores físicos y biológicos en el comportamiento de unas aves marinas denominadas fragatas.
Los investigadores han analizado a partir de datos de satélite las propiedades físicas de las corrientes en la zona del océano Índico entre Mozambique y Madagascar y han indagado su influencia en las trayectorias de vuelo de unas grandes aves marinas llamadas fragatas (Fregata minor) mediante transmisores de radio. Estas aves anidan en la isla de Europa, situada en el canal de Mozambique que separa la isla de Madagascar y la costa africana.
Las fragatas vuelan, tanto a gran altura como cuando descienden a pescar, sobre unas líneas en el mar que sólo recientemente se han podido identificar mediante el análisis de datos de satélite.
Según explicó Emilio Hernández-García a Europa Press, "estas líneas son zonas del mar donde la superficie del océano se está deformando más rápido, es decir, puntos en la superficie que se están separando o acercando rápidamente".
El análisis de los datos permite observar que las aves siguen con sorprendente precisión no toda la superficie de los remolinos sino más bien sus bordes. Además también sobrevuelan, localizan sus presas y pescan sobre otras estructuras marinas no asociadas a remolinos como son los 'jets' o chorros, los frentes y estructuras alargadas con forma de filamento.
Según los investigadores se puede decir que los movimientos de las aguas dibujan 'carreteras' sobre el mar que las fragatas detectan y siguen hasta encontrar a sus presas. Las aves vuelan sobre esas estructuras tanto de día como de noche.
"Hemos elaborado hipótesis sobre cómo pueden detectar las aves estas líneas. Probablemente lo hacen por el olfato, detectando olores emitidos por acumulaciones de pláncton sobre esas líneas", añade Hernández-García.
La metodología usada para detectar esas líneas de deformación se denomina 'exponentes de Lyapunov'. Es una herramienta basada en la teoría del caos, uno de los temas de investigación principales en el IFISC, centro mixto de la Universidad de las Islas Baleares y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas. "La técnica es una importante aportación a la comunidad científica. Asimismo, la combinación de datos que normalmente son accesibles solo por los físicos, como los movimientos oceánicos, con los aportados por biólogos, como el seguimiento por radio de las aves, supone un grado de novedad relevante".
En lo que se refiere a las posibles aplicaciones prácticas del trabajo, el investigador español apunta: "se sabe que estas aves casi siempre pescan donde se encuentran los bancos de atunes. Así que, de manera indirecta, puede que también estemos determinando por dónde nadan los atunes".
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