Fuente: ADN.es
Foto: Ministerio de Educación, Política Social y Deporte
La peridotita, un tipo de roca ígnea, podría utilizarse de forma masiva para retirar dióxido de carbono de la amtósfera terrestre, frenando de esa forma el efecto de este gas invernadero.
Así lo creen los científicos que han descubierto que, al entrar en contacto con la roca, el CO2 se convierte en varios minerales sólidos, como la calcita. El estudio en el que los detallan aparecerá el próximo martes en Proceedings of the Natural Academy of Sciences.
El geólogo Peter Kelemen y el geoquímico Juerg Matter creen que el proceso natural podría ser acelerado hasta un millón de veces, de manera que la peridotita sea capaz de almacenar hasta 2.000 millones de toneladas de CO2, un 6,7% de las 30.000 que cada año emitimos a la atmósfera.
Resulta que la peridotia es la roca más común en la capa de la tierra que conocemos como manto: la que está justo por debajo de la estrecha corteza. Pero a menudo aflora en la superficie.
Es el caso del Golfo Pérsico, la región del planeta donde se encuentran las mayores reservas de petróleo, que es origen a su vez de una de las principales fuentes de emisión de CO2.
El cálculo citado arriba se ha realizado, precisamente, con la idea de que el secuestro de CO2 mediante la peridotita salga rentable. Lo que se pretende es inyectar directamente el CO2 (usando agua caliente a presión como vehículo) en los depósitos de peridotita. En realidad, sólo sería una adaptación de lo que se viene haciendo desde hace años con los campos petrolíferos.
Claro que en lugar de dejar el CO2 sin más en los yacimientos de crudo vacíos (de donde podría escapar algún día), se trataría de meter el dióxido de carbono en un almacén de peridotita, que se encargaría de ir transformándolo en minerales.
No hay comentarios:
Publicar un comentario